Billy Wilder

En el año 1958 Billy Wilder presentaba el guión de una genial película con Marilyn Monroe, Tony Curtis y Jack Lemon. Como nadie es perfecto y las sesiones de trabajo le causaban fatiga encargó a sus amigos los arquitectos Charles y Ray Eames y a Herman Miller que le diseñaran una butaca que le acompañase en los rodajes.

El resultado tuvo tanto éxito que un ejemplar figura desde entonces como objeto destacado en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Es evidente que esta historia y la anterior no tienen nada que ver con los marcapasos, pero es que ambas sucedieron también hace cincuenta años y son como una invitación para ir al cine o para descansar al terminar la visita del Museo . . . . y eso puede hacerse sólo o acompañado de Antonio Vivaldi.